martes, 2 de julio de 2013

Cómo implantar un Plan de Emergencias

No es lo mismo redactar un Plan de Emergencias o Plan de Autoprotección que implantarlo o mantenerlo.


Podemos tener un documento perfectamente redactado y muy completo de 100 o 200 hojas con multitud de gráficos, tablas, planos,..., firmado, visado, sellado y certificado pero que será inútil si sirve como adorno en la estantería, cajón o despacho sin sacarle partido y aprovechar el conocimiento y la información que contiene.
 


Implantarlo depende fundamentalmente de la voluntad del empresario, director, gerente del centro en cuestión, poniendo los recursos necesarios (humanos y materiales) a disposición para tal fin y respaldando personalmente tal tarea.


Los mecanismos son a priori fáciles aunque conllevan mucho trabajo, tiempo y esfuerzo detrás, requiriendo la ayuda y asesoramiento de un especialista y consisten en:

Información: respecto del Plan a todos los involucrados (internos, externos,...)
Formación: del personal, especialmente de los responsables y participantes en los equipos de emergencia
Simulacros: ejercicios de evacuación, prueba de comunicaciones, ...

Por otra parte, podemos haber realizado e implantado un Plan pero no darle continuidad, estancarnos en acciones puntuales y no aprovechar las oportunidades de mejora y recomendaciones que se derivan de cada fase de implantación (recoger observaciones de los trabajadores, revisar y/o reparar señalizaciones o instalaciones que no funcionan adecuadamente, modificar errores en planos,..., en definitiva seguir el ciclo de mejora continua).


Finalmente, tras contar con un plan implantado, éste debe actualizarse periódicamente, aportando y enriqueciendo el Plan o Manual con la información, acciones, pruebas,..., que se han ido realizando en el tiempo y adaptándolo a la situación muchas veces cambiante de las empresas (es un documento vivo que debe ajustarse a la realidad en cada momento para poder ser efectivo cuando se ponga en práctica).



El efecto es parecido a un curso de manejo de extintores o primeros auxilios, cuando se recibe la formación uno se siente muy preparado para intervenir en cualquier momento y manejar situaciones hasta cierto grado de complejidad lo que confiere gran seguridad en sí mismo, pero cuando ha pasado más de un año desde la misma y afortunadamente no se ha tenido que poner en marcha ese conocimiento adquirido, el mismo se va perdiendo y habría que refrescarlo periódicamente.

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